Dado que el ambiente en el que nos ha tocado vivir se colorea de castaño a oscuro, me surgen preocupaciones que necesito compartir con Uds sin reserva alguna. El nivel calamitoso de nuestra instituciones (sea éstas públicas como privadas pero ahora nos ocuparemos de las primeras) tienen un nivel de gravedad de sumo cuidado aunque aún no resulta fácil sostener que ya llegamos al estatus de un Estado fallido, en palabras de Chomcky, pese a convenir sobre las causas del fracaso colectivo, según las teorías de Acemoglu. Que el sistema no funcione bien no significa que todo funciona mal.
No podemos darnos por bien servidos recitando aquello de que el sistema no es perfecto porque eso equivaldría a confesar un consuelo para tontos. Por encima de algunos aspectos que serían propios de la ciencia politica, hoy día nos domina el desánimo, la frustración y la rara sensación de un callejón sin salida, que nos conduce directo al triste y desolado crucigrama de inseguridad entre cómo y qué en el futuro bastante cercano cuando por enésima ocasión tendremos a cargo la tarea de volver a decidir el rumbo para el siguiente lustro, siendo indispensable que la decisión sea ahora de tal calibre que resulte capaz de cortar de raíz con el pasado reciente e inmediato y que, al unísono, nos proyecte hacia perspectivas mejores y seguras. Lo dicho no oculta la evidencia específica de que SI contamos con instituciones fallidas. Sugiero un inventario básico de ellas en función de su gravedad, importancia y trascendencia.
1. El MEDUCA. Como agente rector de la educación nacional, ha sido y es un fracaso absoluto desde la A hasta la Z. Su rostro más conocido es el de una abultada planilla de glotones que no terminan de saciar su hambre de salario y prebendas pese al millonario renglón presupuestario que se les asigna. Se entretienen con comisiones evaluadoras y estudios de proyección sin que la calidad educativa les llegue a todos y progrese un solo milímetro.
2. La CSS. En.el conjunto de las instituciones probablemente no hay otra de la que dependa tanto la paz y la tranquilidad de la inmensa mayoría de los panameños. Pero tiene la maldita suerte de ser mas abusada que usada y como el MEDUCA, aquí igual sobrepueblan parásitos consentidos e incorregibles llamados médicos y que allá se titulan maestros y profesores.
3. El IDAAN. Para describirla bastaría con decir que es lo más parecido a un cadáver insepulto que sólo tiene fuerzas para resistirse a ser enterrado. Cascarón viejo y aéreo que se empecina en desconocrr el futuro inevitable en donde el agua, para el mañana, tendrá, y más que hoy, un papel vital para la supervivencia de todo lo que existe. Lo que cualquier gobierno haya hecho o dejo de hacer en esas 3 instituciones, delata el ADN del dirigente y marca en la piel del gobernante el símbolo de arriesgado y exitoso aunque le haya faltado tiempo para la cosecha de los resultados o el de un líder indolente e irresponsable de marca sin igual. Contando con el desesperanzador color del panorama actual, no olvidemos que la última palabra no se ha dicho y que aún tenemos potes de pintura y sobran brochas para pintarnos el futuro con el color que en realidad nos merecemos.
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