marzo 29, 2024
Información del mundo sindical

Ultimo Discurso de Luis Inàcio Lula Da Silva antes de Entregarse Voluntariamente

Brazilian ex-president (2003-2011) Luiz Inacio Lula da Silva (L) speaks during a Catholic mass in memory of Lula's late wife Marisa Leticia, at the metalworkers' union building in Sao Bernardo do Campo, in metropolitan Sao Paulo, Brazil, on April 7, 2018. Brazil's election frontrunner and controversial leftist icon said Saturday that he will comply with an arrest warrant to start a 12-year sentence for corruption. "I will comply with their warrant," he told a crowd of supporters. / AFP PHOTO / NELSON ALMEIDA

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva pronunció su último discurso antes de entregarse a la policía para cumplir una condena a 12 años y un mes de cárcel por supuesto acto de corrupción. Lo hizo en el municipio Sao Bernardo do Campo desde unas instalaciones del Sindicato de los Metalúrgicos, organización que presidió en la década de 1970 y donde inició su carrera política.

Este fue el mensaje de Lula da Silva traducido al español:

En 1979, este sindicato hizo una de las huelgas más extraordinarias. Nosotros conseguimos hacer un acuerdo con la industria automotriz que fue tal vez el mejor posible. Yo tenía un comité de fábrica con 300 trabajadores. El acuerdo era bueno. Y resolví llevar el acuerdo para la asamblea. Y resolví pedir al comité de fábrica ir más temprano para hablar con la peonada. Hacía la asamblea a la mañana para evitar que el personal bebiera un poquito a la tarde, porque cuando bebemos un poquito, nos volvemos más osados.

Aún así no lo evitaba porque los compañeros llevaban un litro de coñac dentro de la valija, y cuando yo pasaba, me tomaba una copita para que la garganta quede mejor, cosa que hoy no sucedió.

Pero bien, nosotros comenzamos a tratar el acuerdo en una votación y las 100 mil personas en el Estadio de Villa Euclides no aceptaban el acuerdo. Era el mejor posible. No perdíamos el día de vacaciones, no perdíamos el aguinaldo y teníamos el 15% de aumento. Pero la peonada estaba radicalizada, y estaba tan radicalizada que quería el 83% o nada. Lo conseguimos. Y pasamos un año siendo llamados «traidores» por los trabajadores.

Lo que les estaba diciendo era que no conseguimos aprobar la propuesta que consideraba buena. Y la gente entonces pasó a desacreditar a la dirigencia del sindicato. Y yo iba a la puerta de la fábrica y nadie paraba, y la prensa escribía: «Lula habla para los oídos sordos de los trabajadores».

Nosotros tardamos un año para recuperar nuestro prestigio en la categoría y me quedé pensando con un aire vengativo: «los trabajadores dicen que pueden hacer 100 días de huelga, 400 días de huelga, que ellos van hasta el final, pues voy a ponerlos a prueba en 1980».

E hicimos la mayor huelga de nuestra historia, la mayor huelga: 41 días de huelga. A los 17 días de la huelga voy preso, y los trabajadores comenzaron, después de algunos días, a pinchar la huelga. Y nosotros entonces,… yo sé que (el comisario Romeu) Tuma, sé que el doctor Almir (Pazzianotto), sé que el doctor (Teotônio) Vilela cuando venían a la cárcel y me decían: «ey, Lula, tenés que levantar la huelga, usted tiene que aconsejarles para levantar la huelga». Y yo les decía: «no voy a levantar la huelga, los trabajadores lo van a decidir por cuenta propia’.

El dato concreto es que nadie aguantó 41 días, porque, en la práctica, el compañero tenía que pagar la leche, tenía que pagar la cuenta de la luz, tenía que pagar el gas. La mujer comenzó a reclamar el dinero del pan, entonces él comenzó a sufrir presión y no aguantó.

Pero es curioso porque, en la derrota, ganamos mucho más, sin ganar económicamente, que cuando ganamos económicamente. Significa que no es el dinero que resuelve el problema de una huelga. No es el 5%, no es el 10%, es lo que está metido de teoría política, de conocimiento político, y de tesis política en una huelga.

Ahora nosotros estamos casi en la misma situación. Casi en la misma situación. Me están procesando y he dicho claramente: «En el proceso del apartamento, yo soy el único ser humano procesado por un apartamento que no es mío». Y ellos saben que O Globo mintió cuando dijo que era mío. La Policía Federal del Lava Jato, cuando hizo la investigación, mintió que era mío. El Ministerio Público, cuando hizo la acusación, mintió cuando dijo que era mío. Y yo pensé que (el juez) Moro lo iba a resolver, y el mintió diciendo que era mío. Y me condenó a nueve años de cárcel.

Es por eso que yo soy un ciudadano indignado. Porque yo ya hice muchas cosas a mis 72 años, pero no les perdono por haber instalado en la sociedad la idea de que soy un ladrón.

Dieron prioridad a los delincuentes que hicieron (al muñeco) «Pixuleco» y lo pasearon por el Brasil entero. Dieron prioridad a los delincuentes que nos decían (el insulto) «petralhas» . Dieron prioridad a la creación de un clima de guerra negando la política en este país.

Y yo digo todos los días: ni uno de ellos, ni uno de ellos, tiene el coraje o duerme con la conciencia tranquila de la honestidad, de la inocencia con la que yo duermo. ¡Ni uno de ellos! [aplausos].

Yo no estoy por encima de la Justicia. Si no creyera en la Justicia, no habría hecho un partido político. Yo habría propuesto una revolución en este país.

Pero yo creo en la Justicia. En una Justicia justa, en una Justicia que somete a votación un proceso basado en autos de procesamiento, basado en informaciones de las acusaciones, de las defensas, y en pruebas concretas sobre el «arma del crimen».

Lo que no puedo admitir es un fiscal que hizo un PowerPoint y fue a la televisión a decir que el PT es una organización criminal, que nació para robar al Brasil y que Lula, por ser la figura más importante del partido, es el jefe. Y, por lo tanto, si Lula es el jefe, (no puedo admitir) que el fiscal diga: «Yo no necesito de pruebas, yo tengo la convicción».

Yo quiero que él guarde esa convicción suya para sus compinches. ¡Para los secuaces de ellos, y no para mí! ¡No para mí!

Ciertamente, un ladrón no exigiría pruebas. Estaría comprometido, con la boca cerrada, escurriéndose para que la prensa no hable de su nombre.

Yo tengo más de 70 horas de noticieros triturándome. Yo tengo más de 70 tapas de revistas atacándome. Yo tengo más de un millar de páginas de diarios y noticias atacándome. Tengo también (al canal) «Record» atacándome. Tengo a (la red televisiva) «Bandeirantes» atacándome. Tengo también a las radios del interior. Y lo que ellos no se dan cuenta es que mientras más me atacan, ¡más crece mi relación con el pueblo brasilero!

No les tengo miedo. Ya dije que me gustaría hacer un debate con el juez Moro sobre la denuncia que me hizo. ¡Me gustaría que me muestre algún tipo de prueba! Ya desafié a los jueces del tribunal TRF-4: ¡que vayan a un debate a la universidad que quieran, con el público que quieran, para que prueben cuál es el crimen que cometí en este país!

A veces tengo la impresión, y la tengo porque soy un constructor de sueños… Hace mucho tiempo atrás soñé que era posible gobernar el país incluyendo a millones de personas pobres en la economía, incluyendo a millones de personas en las universidades, creando millones y millones de empleos en el país.

Yo soñé.

Yo soñé que era posible que un metalúrgico, sin diploma en la universidad, cuidaría más la educación que los diplomados y egresados que gobernaron este país.

Yo soñé que era posible disminuir la mortalidad infantil llevando leche, «feijão» y arroz para que los niños pudiesen comer todos los días.

Yo soñé que era posible llegar a los estudiantes de las periferias y ubicarlos en las mejores universidades del país. Para que la gente no tenga… para que no tengamos jueces y fiscales solo de la élite.

De aquí a poco vamos a tener jueces y fiscales nacidos en la favela de Heliópolis, nacidos en Itaquera, nacido en la periferia… Vamos a tener mucha gente del Movimiento Sin Tierra, vamos a tener mucha gente del MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) y de CUT (Central Única de los Trabajadores) graduados.

Ese crimen cometí.

Ese crimen cometí y es ese crimen el que ellos no quieren que cometa más. Es por culpa de ese crimen que ya tengo unos diez procesos contra mí. Y si es por esos crímenes, de colocar pobres en la universidad, negros en la universidad, a los pobres a comer carne, a comprar coche, a viajar en avión, a hacer su pequeña agricultura, ser microemprendedor, tener su casa propia… Si ese es el crimen que he cometido, quiero decir que voy a seguir siendo criminal en ese país porque voy a hacer mucho más. Voy a hacer mucho más.

[Cántico: «Lula, guerrero, del pueblo brasileño»]

Compañeros y compañeras, En 1990, en 1986, fui el diputado constituyente más votado en la historia del país. Y nosotros, descubrimos, que dentro del PT -Manuela, compañeros, Ivan era del PT en esa época-, había una desconfianza que sólo tenía poder en el PT quien tenía mandato. Quien no tuviera mandato era tenido…

Entonces, compañeros, cuando me di cuenta de que el pueblo desconfiaba, que sólo tenía valor en el PT quien era diputado,  Manoela [D’Avila] y Guilherme [Boulos], ¿saben lo que hice? Dejé de ser diputado. Porque yo quería probar al PT que iba a seguir siendo la figura más importante del PT sin tener mandato. Porque si alguien quiere ganarme a mí en el PT, sólo tiene una manera: trabajar más que yo y gustarle al pueblo más que yo. Porque si no le gusta, no va a ganar.

Pues bien: ahora estamos en un trabajo delicado. Yo tal vez viva el momento de mayor indignación que un ser humano vive. No es fácil lo que sufre mi familia. No es fácil lo que sufren mis hijos. No es fácil lo que sufrió Marisa y yo quiero decir que la anticipación de la muerte de Marisa fue la desfachatez y la maldad que la prensa y el Ministerio Público cometieron contra ella. Estoy seguro. Esta gente creo que no tiene hijo, no tiene alma y no tiene noción de lo que siente una madre o un padre cuando ve a un hijo masacrado, cuando ve a un hijo siendo atacado.

Entonces, compañeros, yo resolví levantar la cabeza. No piensen que estoy contra el Lava Jato, no. El Lava Jato, si atrapa a delincuentes, tiene que agarrar al delincuente que robó y arrestarlo. Todos nosotros queremos eso. Todos nosotros decíamos: «La Justicia sólo atrapa a los pobres, no atrapa a los ricos». Todos lo decíamos. Y quiero que continúe atrapando ricos. Yo quiero. Ahora, ¿cuál es el problema? Es que usted no puede hacer juicio subordinado a la prensa. Porque en el fondo, en el fondo, usted destruye a las personas en la sociedad, en la imagen de la gente, y luego los jueces van a juzgar y van a decir «yo no puedo ir contra la opinión pública, porque la opinión pública está pidiendo una cacería».

Quien quiera votar sobre la base de la opinión pública, suelte la toga y vaya a ser candidato a diputado, escoja un partido político y vaya a ser candidato. Ahora bien, la toga es el empleo vitalicio. El ciudadano tiene que votar sólo con base en los autos del proceso, por lo demás creo que un ministro de la Corte Suprema no debería dar declaración de cómo va a votar. En los Estados Unidos termina la votación y usted no sabe por quién votó un ciudadano exactamente para que él no sea víctima de presión.

Imagina a una persona siendo acusada de homicidio y no fue el asesino. ¿Qué quiere la familia del muerto? Que esté muerto, que sea condenado. Entonces el juez tiene que tener, a diferencia de nosotros, la cabeza más fría, más responsabilidad de hacer la acusación o de condenar. El Ministerio Público es una institución muy fuerte. Por eso esos chicos que entran muy jóvenes hacen un curso de derecho y después hacen tres años de concurso porque el padre puede pagar, esos chicos necesitaban conocer un poco de la vida, un poco de política para hacer lo que ellos hacen en la sociedad brasileña. Hay una cosa llamada responsabilidad.

Y no piensen que cuando hablo así, estoy en contra. Yo fui presidente y nombré a cuatro fiscales, e hice discurso en todas las tomas de posesión diciendo: «Cuanto más fuerte sea la institución, más responsable de sus miembros tiene que ser. Ustedes no pueden condenar a la persona por la prensa para después juzgarla». Ustedes estarán recordando que cuando fui a declarar allá a Curitiba, le dije al juez Moro: «Usted no tiene condiciones de absolverme porque O’Globo está exigiendo que usted me condene y usted me condenará».

Pues bien, creo que tanto el TRF4, como Moro, el Lava Jato y O’Globo, tienen un sueño recurrente. El sueño es que primero el golpe no terminó con Dilma. El golpe sólo va a concluir cuando ellos logren convencer de que Lula no pueda ser candidato a la presidencia de la república en 2018. No es que yo voy a ser… Ellos no quieren que participe porque existe la posibilidad de que cada uno elija… Ellos no quieren a Lula de vuelta porque el pobre en su cabeza no puede tener derecho. El pobre no puede comer carne de primera. El pobre no puede viajar en avión. El pobre no puede ir a la universidad. El pobre nació, según su lógica, para comer y tener cosas de segunda categoría.

Entonces, compañeros y compañeras, el otro sueño recurrente de ellos es la fotografía de Lula preso. Ah… Yo me imagino la excitación de la revista Veja poniendo la portada conmigo preso. Me imagino la excitación de O’Globo poniendo mi fotografía preso. Van a tener orgasmos múltiples.

Ellos decretaron mi prisión. Y déjenme contarles una cosa: yo voy a cumplir el mandato de ellos. Y voy a cumplir porque quiero hacer una transferencia de responsabilidad. Ellos creen que todo lo que sucede en este país, sucede por mi causa. Yo ya fui condenado a tres años de cárcel porque un juez de Manaos entendió que yo no preciso armas, tengo una lengua hiriente, entonces precisan hacerme callar, porque si no me callan, continuaré diciendo cosas como «está llegando la hora de que la pantera beba el agua», y si los campesinos mataran a un terrateniente, ellos creían que esa frase mía era la contraseña…

¿Por qué yo quiero transferir mi responsabilidad? Ellos ya intentaron arrestarme por obstrucción de justicia, no funcionó. Ahora quieren arrestarme en una prisión preventiva, que es una cosa más grave, porque no tiene habeas corpus. Vaccari ya está preso desde hace tres años. Marcelo Odebrecht gastó 400 millones de reales y no tuvo habeas corpus. Yo no voy a gastar un centavo. Pero voy con la siguiente creencia: van a descubrir por primera vez lo que he dicho todos los días. Ellos no saben que el problema de este país no se llama Lula, el problema de este país son ustedes, la conciencia del pueblo, el Partido de los Trabajadores, el PCdoB, el MST, el MTST, ellos saben que hay mucha gente.

Y lo que nuestra pastora dijo, y yo he dicho en todo discurso: no sirve de nada intentar impedirme que ande por este país, porque hay millones y millones de Boulos, de Manuelas, de Dilma Rousseff para andar por mí.

No sirve de nada intentar acabar con mis ideas, ellas ya están flotando en el aire y no tienen cómo encarcelarlas.

No sirve de nada intentar frenar mis sueños, porque cuando deje de soñar, yo soñaré a través de sus cabezas y de sus sueños.

No parece que todo vaya a parar el día que Lula tenga un infarto, es tonto, porque mi corazón latirá en los corazones de ustedes, y son millones de corazones brasileños.

No basta que piensen que van a hacer que me detenga, yo no pararé porque yo no soy un ser humano, soy una idea, una idea mezclada con la idea de ustedes, y estoy seguro de que compañeros como los Sin Tierra, el MTST, los compañeros de la CUT y del movimiento sindical saben, y esta es una prueba, que yo voy a cumplir el mandado. Y ustedes van a tener que transformarse, cada uno de ustedes, ustedes no van a llamarse Chiquinho, Zijito, Joaocito, Albertinho… Todos ustedes, de aquí en adelante, se convertirán en Lula y van a andar por este país haciendo lo que ustedes tienen que hacer, ¡y es todo el día! ¡Todos los días!

Ellos tienen que saber que la muerte de un combatiente no para la revolución.

Ellos tienen que saber. Ellos tienen que saber que vamos a hacer definitivamente una regulación de los medios de comunicación para que el pueblo no sea víctima de las mentiras todo santo día.

Ellos tienen que saber que ustedes, quién sabe, son incluso más inteligentes que yo, y quemarán neumáticos que tanto queman, harán marchas, ocupaciones en el campo y en la ciudad. Parecía difícil la ocupación de San Bernardo, y mañana ustedes van a recibir la noticia que ustedes ganaron el terreno que ustedes invadieron.

Yo tuve la oportunidad ahora, cuando estuve en Uruguay, entre Livramento y Vera, y la gente decía «Lula, usted finja que va a comprar un whiskicito, y se va a Uruguay con Pepe Mujica y no vuelve más, y pide asilo político». O «Lula, usted puede ir en la Embajada de Bolivia, puede ir a la Embajada del Uruguay, o Lula va a la Embajada de Rusia, y desde allá usted sigue hablando…»

Yo les dije: Yo no tengo más edad para eso… A mi edad voy a enfrentarlos con el ojo por ojo, y voy a hacer frente a ellos aceptando el cumplimiento de la orden.

Yo quiero saber cuántos días ellos piensan encarcelarme. Y cuantos más días me dejen encerrado, más Lulas van a nacer en este país y más gente va a querer luchar en este país, porque la democracia no tiene límite, no hay plazos para luchar.

Por eso estoy haciendo una cosa muy consciente. Yo le dije a mis compañeros: si dependiera de mi voluntad, no me presentaba, pero me presentaré porque ellos pueden decir a partir de mañana que soy un fugitivo, que Lula está escondido, ¡y no! No estoy escondido, voy hasta allá para que sepan que no tengo miedo, que no voy a huir, para que sepan que probaré mi inocencia. Ellos tienen que saber eso. Y que ellos hagan lo quieran.

Voy a citar una frase que escuché a una niña de 10 años en Catanduva en 1982, esta frase no tiene un autor. Los poderosos pueden matar una, dos o tres rosas, pero nunca podrán detener la primavera. ¡Y nuestra lucha es en busca de la primavera! Ellos tienen que saber que queremos más viviendas, más escuelas, menos mortalidad, no queremos que se repita la barbaridad que aconteció con Marielle en Río de Janeiro, no queremos repetir las barbaridades que suceden con los niños negros de la periferia de este país. No queremos más mortalidad por desnutrición. No queremos más que los jóvenes no tengan esperanza de entrar en la universidad porque este país es tan necio que fue el último país del mundo en tener universidades. ¡El último! Todos los países más pobres tuvieron universidades antes, pero ellos no querían que la juventud brasileña estudiase. Y decían que costaba mucho, hay que preguntarse cuánto costó no crear universidades 50 años atrás.

Quiero que sepan que tengo mucho orgullo, profundo orgullo, de haber sido el único presidente de la República sin un diploma universitario, pero fui el presidente de la República que más universidades creó en la historia de este país para mostrar a esa gente que no confunda inteligencia con la cantidad de años de escolaridad. Eso no es inteligencia, es conocimiento. Inteligencia es cuando sabes tomar decisiones, inteligencia es cuando usted no tiene miedo de discutir con los compañeros cuáles son las prioridades, y la prioridad es garantizar que este país vuelva a tener una ciudadanía. ¡No venderán Petrobras! ¡Vamos a hacer una nueva Constituyente! ¡Vamos a revocar la ley del petróleo que están haciendo! ¡No vamos a permitir la venta del BNDES, de la Caja Económica, no vamos a permitir que se destruya el Banco de Brasil! Y vamos a fortalecer la agricultura familiar, que es la responsable del 70% de los alimentos que comemos en este país.

Y con esta creencia, compañeros, con la cabeza erguida, del mismo modo que estoy aquí hablando con ustedes, llegaré allá y voy a decir al delegado: estoy a su disposición. Y la historia, dentro de pocos días, probará que quien ha cometido un crimen fue el delegado que me acusó, fue el juez que me juzgó y fue el Ministerio Público que fue liviano conmigo.

Por eso, compañeros, no hay lugar en mi corazón para todo el mundo, pero quiero que ustedes sepan que si hay una cosa que aprendí a disfrutar en este mundo es mi relación con el pueblo. Cuando sostengo la mano de alguno de ustedes, cuando los abrazo… porque ahora beso a hombres y mujeres igualito… Cuando beso a alguno de ustedes, no lo hago con segundas intenciones, los beso porque cuando era presidente, decía: volveré al lugar de donde he venido. Yo sé quiénes son mis amigos eternos y quiénes son amigos eventuales. Los que llevan corbatas, que iban detrás mío, ahora desaparecieron. Y quienes están conmigo son mis compañeros que eran amigos de antes de que fuera presidente de la República. Son aquellos que comían rabo de buey conmigo en Zelão, que comían polenta con pollo en Demarchi, que tomaban caldo de mocotó en Zelão. Esos siguen siendo mis amigos. Son aquellos que tienen el coraje de invadir terrenos para construir viviendas, son los que tienen el coraje de organizar una huelga contra la reforma de las pensiones, son aquellos que ocupan el campo para crear haciendas productivas. Aquellos que de verdad precisan del Estado.

Compañeros, voy a decirles algo. Ustedes van a percibir que voy a salir de esta situación mucho mayor, más fuerte, más verdadero, e inocente, porque quiero probar que ellos son los que cometieron un crimen, el crimen político de perseguir a un hombre que tiene 50 años de historia política, por mi historia estoy muy agradecido. No tengo cómo pagar la gratitud, el cariño y el respeto que ustedes me dedicaron durante todos esos años. Quiero decirles a ustedes, Guilherme [Boulos] y Manuela [D’Ávila], a los dos, que para mí es motivo de orgullo pertenecer a una generación, que ya está en el final de una era, viendo nacer a dos jóvenes en este país disputando el derecho de ser presidente de la República.

Por eso compañeros, un gran abrazo, y sepan que este cuello aquí no se baja, porque voy a salir con la cabeza erguida y con el pecho en alto porque voy a probar mi inocencia. Un abrazo, compañeros, gracias, muchas gracias, a todos ustedes por todo lo que me ayudaron. ¡Un beso con cariño, muchas gracias!

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